1 pollo de 1,700 kg
1/4 taza de salsa de soja
1 cucharada de jengibre rallado fino
2 trozos medianos de piel seca de mandarina
1 anís estrellado
1/4 cucharadita de polvo de cinco especias
1/4 taza de azúcar morena fina

Lave el pollo en agua fría.
Séquelo con papel absorbente.
Elimine cualquier trozo grande de grasa que pueda haber en el interior del pollo.
Ponga el pollo en un cuenco grande con la soja y el jengibre; tape y deje marinando durante varias horas, o toda la noche
en la heladera; déle vueltas de vez en cuando.
Coloque una rejilla pequeña en la base de una cazuela bastante grande como para que quepa el pollo con holgura.
Agregue agua hasta el nivel de la rejilla, ponga el pollo sobre ésta y lleve el agua a ebullición.
Cubra la cazuela con una tapadera que ajuste, reduzca el fuego y cueza al vapor durante 15 minutos.
Apague el fuego y déjelo reposar tapado otros 15 minutos.
Pase el pollo a un cuenco.

Lave la cazuela y recúbrala con dos o tres trozos grandes de papel aluminio.
Maje la piel seca de mandarina y el anís estrellado en un mortero o aplástelos con un rodillo, o páselos por la trituradora,
hasta que parezcan pan rallado grueso.
Agregue el polvo de cinco especias y el azúcar y espárzalo sobre el papel de aluminio.
Vuelva a colocar la rejilla en la cazuela y ponga el pollo encima.
Caliente la cazuela a fuego medio y, cuando las especias empiecen a humear, cúbrala con una tapadera que ajuste.
Reduzca el fuego; ahúme el pollo durante 20 minutos.
Compruebe si está hecho pinchando el muslo con un alambre; el jugo debe salir claro.
Saque el pollo de la cazuela y despiécelo o córtelo.
Es importante recordar que el calor generado en esta última fase es muy intenso; por eso, después de sacar el pollo de
la cazuela, deje que ésta se enfríe antes de tocarla.
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