250 g de fideos finos de huevo frescos
1 cebolla mediana
1 zanahoria mediana
4 cebolletas
1 pimiento verde pequeño
1 pimiento rojo pequeño
5 cucharadas de aceite
1 cucharadita de ajo picado fino
2 cucharaditas de jengibre picado fino
4 cucharadas de tocino
1 taza de jamón cocido, en dados
6 cucharaditas de salsa china char sui o 1 cucharada de cucharada de salsa hoisin
1/2 taza de brotes de soja sin las puntas
3 cucharaditas de fécula de maíz
1/4 tazas de caldo de pollo

Ponga los fideos en una cazuela grande con agua hirviendo y cuézalos hasta que estén tiernos.
Escúrralos en un colador y póngalos sobre un paño limpio para que se sequen.
Corte la cebolla en cuarto u ocho trozos y separe las capas.
Corte la zanahoria en tiras finas.
Corte la cebolleta en trozos de 5 cm y los pimientos en cuadraditos de 2,5 cm.
Caliente una cucharada de aceite en una sartén de fondo grueso.
Ponga la mitad de los fideos y deje que cuezan a fuego moderado durante 5 minutos o hasta que se haya formado una dorada
y crujiente torta.
Déle la vuelta y dórela 5 minutos más, añadiendo otra cucharada de aceite que escurra por la pared de la sartén.
Ponga los fideos en una fuente y consérvelos calientes.
Repita con los fideos restantes.

Caliente el resto del aceite en un wok y fría el ajo y el jengibre hasta que se doren.
Agregue la cebolla, las zanahoria y el pimiento y remueva para que se mezcle bien a fuego fuerte durante 3 minutos.
Añada el tocino, el jamón cocido en dados y la salsa char sui y rehóguelo otro minuto.
Agregue los brotes de soja y remuévalos durante unos segundos.
Deslíe la harina de maíz en un poco de caldo e incorpórela al wok con el caldo restante.
Remueva hasta que hierva y espese.
Coloque la torta de fideos sobre una duente y córtela con un cuchillo.
Vierta la mezcla con el cerdo.
Sírvalo inmediatamente.
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